La propuesta consiste en crear un prototipo de refugio en el que se llevan a cabo actividades relacionadas con el descanso, el estar y el habitar.
Es una pequeña construcción de 230m2 cuyo protagonista es el ladrillo.
Ofrece dos espacios totalmente diferenciados, la planta baja, prácticamente abierta al exterior, en contacto directo con la naturaleza. La planta superior, que ejerce la función de “refugio” donde, gracias al gran muro de ladrillo, se ilumina con el destello de la luz que entra de forma cenital, originando un lugar más recogido, de descanso.